En los últimos años hemos podido observar que cada vez son más los alumnos que sufren maltrato tanto por parte del entorno familiar como del escolar. Pero hemos de saber que no afectan de igual manera al alumnado.
Esta noticia publicada en el periódico El País el 4 de mayo de 2015, me llamó especialmente la atención precisamente porque no afecta de la misma manera el maltrato (ya sea físico o psicológico) por parte del entorno familiar que el acoso escolar lo cual resulta un poco impactante ya que el entorno familiar es el que nos sirve como modelo de referencia.
Diferentes estudios muestran que, los alumnos que sufren acoso escolar o bullying en los últimos años de la etapa de educación primaria y primeros años de la etapa secundaria, tienen mayores probabilidades de sufrir problemas de salud mental (en concreto, ansiedad, depresión, autolesiones e ideas suicidas) al llegar al final de la adolescencia que las personas maltratadas por adultos.
En mi opinión, para poder atajar los casos de bullying entre otros, deberían de existir unas líneas de actuación que sean claras y concisas, y que sirvan de guía tanto a educadores, maestros,… como a padres y familiares.
El acoso escolar no es algo para tomarse a la ligera. Es un tema de gran importancia ya que son los más desfavorecidos los que lo sufren y no saben cómo defenderse ante ello. Por eso, sería importante también mostrarles y enseñarles a los niños como deben actuar si perciben que algún compañero o amigo está sufriendo acoso.
NATALIA CHAÑE TAMAYO
2º GRADO DE MAGISTERIO EN ED. PRIMARIA A
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