La televisión no es un electrodoméstico cualquiera, es el medio de comunicación de masas que más influencia tiene en la conducta del niño ya que consigue captar su atención mediante la diversidad de elementos que presenta.
La televisión por esta misma razón puede tener aspectos positivos o negativos dependiendo del uso que hagamos de ella, es decir dependiendo principalmente de lo que se vea en ella. En la televisión existen programas, películas y series muy educativos como puede ser barrio sésamo, el cuerpo humano o caillou, pero también hay muchos otros que no solo no son educativos sino que además son violentos o que aunque son dibujos y se televisan en un horario infantil van dirigidos a un público adulto y por tanto no son adecuados para los niños, como por ejemplo Rasca y Pica, Shin Chan o South Park.
Por tanto es fundamental que tanto el maestro como los padres sobre todo durante la etapa de educación primaria y educación infantil, que es cuando mayor es la credibilidad del mensaje televisivo, controlen el uso de la televisión que hace su hijo y que lo fomenten como un aspecto positivo de manera que la televisión pueda llegar a ser un complemento para mejorar su educación y su aprendizaje.
Podemos utilizar el cine y la televisión en las aulas como un recurso didáctico para trabajar en clase de manera que consigamos con ello una forma de aprender más amena con fines educativos donde se consiga desarrollar el espíritu crítico del alumno, su conocimiento de la sociedad, una mejor comprensión del temario de manera que se refuerce un determinado tema dado en clase. Su utilización puede ir desde ver documentales y películas hasta hacer excursiones e ir al cine o también la utilización de la televisión digital actual con la que se puede interactuar ya que funcionan como un ordenador o como videoconsolas.
Independientemente del recurso didáctico que apliquemos la metodología llevada a cabo debe ser la misma y debe constar de tres partes. En primer lugar se debe abordar el temario y unas actividades previas al vídeo que sean interesantes para motivar al alumnado. Después se puede poner el documental, la película o un simple vídeo relacionado con el tema explicado en clase. Y por último, después de haberlo visto se debe realizar una actividad práctica de carácter lúdico para comprobar si se ha entendido como por ejemplo un concurso de preguntas o si son niños más mayores se podría realizar un pequeño debate.
Es necesario que el maestro programe todo sin dejar nada a la improvisación.
Debemos partir de unos objetivos que deben conducir a los contenidos y a las actividades que llevarán a cabo los maestros y los alumnos. Los maestros deben, siempre, ver la película, documental o vídeo antes de presentarla a sus alumnos. De esta manera podrán ver si es apropiada para sus alumnos y si está relacionada con los objetivos y contenidos que queremos tratar. También hay que tener en cuenta el conocimiento previo que tienen los alumnos sobre ese tema ya que queremos que lo entiendan.
En definitiva si gestionamos bien el tiempo en el que se ve la televisión y lo que se ve en ella, la televisión nos puede proporcionar muchas cosas positivas. Nos puede aportar muchos conocimientos nuevos y con ella podemos aprender a pararnos a reflexionar sobre aspectos en los que no nos habríamos fijado antes. Sin embargo si gestionamos mal el tiempo en el que vemos la televisión y vemos cosas que son poco o nada educativas entonces la televisión puede ser contraproducente.
Por tanto la labor del docente y de los padres de los alumnos en este aspecto es fundamental, ellos son los que deben enfocar la televisión como un aspecto positivo convirtiéndola en un elemento educativo más y solo así conseguiremos algo bueno de ella para los niños.
Violeta García López.
2º A, Grado en Maestro de Educación Primaria.
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