El artículo objeto de mi reflexión pone de manifiesto las dificultades actuales para la enseñanza de la historia, basándose en el carácter temporal de la materia y la diferenciación práctica que posee sobre otras que pueden considerarse más tangibles o con conceptos aplicables a la rutina de una clase.
En primer lugar, nos dice que la historia requiere de un ejercicio de abstracción e imaginación para ser comprendida, para después ayudarnos con una serie de técnicas que pueden facilitarnos esta labor. Para llevar a cabo esto las autoras nos animan a materializar la historia, a enseñarla ayudándonos de objetos, materiales, situaciones, e incluso profesionales, poniendo en práctica el principio didáctico de “hands on, minds on, hearts on” con el fin de implementar una metodología que llegue más fácilmente al alumnado y le haga recorrer el camino histórico sin perder nunca el interés por lo que está estudiando y además, aprendiendo de una manera lúdica sin necesidad de recurrir al antiguo y conocido sistema de enseñanza de hechos y datos históricos, de fechas y lugares.
Para ello muestra toda una galería de actividades que van desde cocinar y probar platos de diferentes épocas, a utilizar y confeccionar vestidos y trajes, pasando por la construcción de herramientas o pequeños edificios, sin olvidar la posibilidad de recrear un pequeño yacimiento o investigar la aparición de un cuerpo con el fin de establecer un estudio sobre las pesquisas que nos hagan identificar la época en la que pudo vivir esa persona.
Todas estas actividades requieren un esfuerzo extra por parte de los alumnos y una implicación especial del profesorado, pero bajo mi punto de vista son una muy interesante forma de hacer llegar la historia a las aulas y fomentar la capacidad investigadora y crítica a los/as chicos/as. Utilizar la arqueología como elemento vehiculador de enseñanza me ha parecido interesante y necesario, una manera diferente de aglutinar distintas materias que harían que los alumnos pudieran contextualizar con más facilidad no sólo la historia, sino también los cambios sociales, y que abre una ventana al futuro, ya que podríamos establecer conclusiones sobre, una vez conocida la evolución de lo ocurrido, considerar qué creemos que puede acontecernos.
No obstante, he de decir que a medida que iba leyendo el artículo y crecía mi interés, también aumentaba mi sensación sobre la necesidad de cambiar en profundidad la concepción actual que tenemos sobre la educación.
El artículo refleja esta situación en las conclusiones, ya que expone los problemas que podremos tener al aplicar estas técnicas, además de otros hándicaps como el presupuesto o los materiales, así como la distracción que puede suponer el carácter lúdico del estilo de enseñanza, pero personalmente considero más problemático el hecho de que no tengamos unas didácticas proactivas que se basen en el aprendizaje sensorial, que lleven aplicadas técnicas como las que describe este artículo,(“hands on,minds on,hearts on”), y que se preocupen sobre cuál es la fórmula más apropiada para la enseñanza y comprensión de determinadas materias.
Alumna: Mª Araceli Peinado Bermejo, 2A Primaria.
Bibliografía: Gómez, G. C., & Torruella, M. F. (2014). Arqueología, vivencia y comprensión del pasado. Iber: Didáctica de las ciencias sociales, geografía e historia, (78), 15-25.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por contribuir con sus comentarios a las entradas de nuestra Revista Digital.