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lunes, 27 de diciembre de 2010

LA DIGNIDAD DE LOS DOCENTES


Quiero manifestar mi convicción de que la tarea docente es una de las más relevantes porque a través de la educación se construye el futuro de la sociedad.

Creo que la calidad de la educación ofertada en los colegios e institutos depende en buena parte del reconocimiento y valoración social de los profesores y del refuerzo de su autoridad como componente básico del hecho educativo.

Creo que este reconocimiento y valoración deben ser la tónica común en la relación de la sociedad con los docentes.

Los medios de comunicación facilitan la normalización e incluso la aceptación de modos de vida y pueden crear corrientes de opinión. En este sentido, los mensajes que envían tienen un claro valor educativo. Es imperativo por tanto que reconozcan y asuman las responsabilidades inherentes a su poder e influencia.

Desde hace algún tiempo, y con cierta frecuencia, algunos medios vienen presentando a los docentes como figuras ridículas, malos profesionales o desprovistos de valores éticos. Para los profesores que viven día a día a pie de aula, las consecuencias de que se presente así su labor pueden ser –y a veces son de hecho- muy negativas.

Pedimos que, cuando los medios aborden el tema de la docencia, presenten una realidad más ajustada a la que se vive en las aulas. Los maestros y profesores, en amplia mayoría, son profesionales serios y entregados, que realizan con vocación y esmero una tarea difícil, de enorme responsabilidad, con la cual se sienten comprometidos.

Una sociedad desarrollada también en lo ético, como la nuestra, no puede desacreditar a través de los medios a uno de los colectivos imprescindibles para su funcionamiento y progreso.

Desde el respeto a la libertad de expresión, demando de todos los sectores sociales, y especialmente de los medios de comunicación, un respaldo a la tarea de los docentes de nuestro país. La autoridad del profesor y la actitud disciplinada del alumno, en un clima de respeto mutuo y confianza, son componentes esenciales del hecho educativo y lo serán siempre. Los profesores necesitan una valoración acorde con el respeto que merece la noble tarea que desarrollan.

Silvia Carmena Marcos 3º Educación Primaria

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